El trabajador mediocre siempre culpa a sus herramientas.
Desde hace algun tiempo tengo un empleo. Es un trabajo pago que disfruto y que me da la posibilidad de aprender cosas útiles para cuando tenga que irme de mi casa y valerme por mí misma, de participar activamente en cada una de las etapas del proceso editorial, de leer lo que está "in" en filosofía, de redactar cartitas y mensajes como una persona de bien, de aprender a hacer consignaciones en un banco, de decir "ronda que yo invito" sin que sea un mal chiste, de comerme las uñas de la angustia, de absorber la radiación de una pantalla de computador durante al menos dos horas más diariamente, de acostumbrarme a usar un mouse sin ruedita, de arrancarme los tres pelos de la cabeza de la desesperación, de fumar hasta el cansancio, de ejercitar la virtud de la paciencia cada vez que una pendejadita sale mal, de ser terriblemente intensa con el encargado de la imprenta, de superar el "impasse" de mi ojo perezoso, de apreciar la belleza en la perfecta alineación de páginas opuestas. Pero, a pesar del amor que profeso a mi trabajo y el perrenque que tanto le meto, hay un problema.
Pregunto ahora si alguno ha visto de frente el rostro del demonio, si alguno conoce las tretas del maligno para hacernos caer en el pecado o su inmenso poder para cambiar aquello que creemos ser permanente y estable. Yo lo he visto, convivo con él, soy presa de su seductora y aparente simplicidad a diario. La más maléfica de las creaciones se me ha presentado como un programa de edición: Adobe PageMaker 7.0.
Pregunto ahora si alguno ha visto de frente el rostro del demonio, si alguno conoce las tretas del maligno para hacernos caer en el pecado o su inmenso poder para cambiar aquello que creemos ser permanente y estable. Yo lo he visto, convivo con él, soy presa de su seductora y aparente simplicidad a diario. La más maléfica de las creaciones se me ha presentado como un programa de edición: Adobe PageMaker 7.0.
Este programita es presentado como una herramienta eficiente para aquellos que decidan meterse de cabeza en el dispendioso proceso de la edición de textos, entre otras cosas. Supuestamente, el programa incluye miles de 'features' que facilitan y agilizan la diagramación. Tristemente, eso es una horrenda mentira.
En primer lugar, PageMaker NO tiene algo siquiera similar a la tablita hermosa que trae Word para los símbolos, si usted quiere, por ejemplo, poner una flechita en medio de su texto: paila papá, mire a ver cómo lo logra. Si en lugar de eso quiere, diga usted, algo tan cachesudo como el bien ponderado símbolo de "para todo", le figuró meterlo como una imagen. El programa le dice que tiene facilidades para insertar imágenes, eso, claro está, siempre y cuando NO vengan como parte del texto. Si usted quiere hacer eso, vaya a Paint, pínte el simbolucho y ruegue a dios o a quien sea para que no resulte macheteado en el proceso de inserción. Si es lo suficientemente de buenas como para que no se dañe el interlineado, tenga a la mano el WinZip o algo del estilo, porque el archivito le va a pesar una tonelada. La otra cosa es que a PageMaker le gusta ser un revolucionario, algunas veces pega el símbolo dentro del texto como es debido, otras, pues no. Y entonces queda uno viendo un chispero en lo relativo a la eficiencia del proceso porque, por un lado, si el símbolo está varias veces en el texto, toca meterlo siempre a mano y cuadrar los espacios, y por otro, toca hacer varias imagenes que cuadren según el capricho del programita. A PageMaker le gustan las resoluciones bajas, no así a la imprenta, entonces, ¿qué hemos de hacer para que no pongan pereque por lo perecudo del programa? :Camellarle horas y horas y horas. Pero eso no sirve, porque a don Page le da por no grabar cuando no quiere, y cuando quiere, por grabar mal. El resultado: archivos defectuosos de un millón de megas. Lindo, muy lindo.
Convoco a todos aquellos que han tenido algún problema con sus computadores a revelarse contra los programas costosos y demagogos, pido a todos su máximo empeño por acabar con la mentira y falta de moral que los expendedores de software presentan, sugiero que volvamos a las bellas épocas de la máquina de escribir y las tijeras y el pegastic que ningun tipo de formato compatible con nada nos exigía o que nos pasemos a Linux y aprovechemos las múltiples posibilidades que por malas que sean no pueden ser peor que lo que don Bill nos ha legado. Les pido, de todo corazón, que apoyen a esta mediocre trabajadora en su cruzada contra la infamia.
ABAJO PAGEMAKER!!
En primer lugar, PageMaker NO tiene algo siquiera similar a la tablita hermosa que trae Word para los símbolos, si usted quiere, por ejemplo, poner una flechita en medio de su texto: paila papá, mire a ver cómo lo logra. Si en lugar de eso quiere, diga usted, algo tan cachesudo como el bien ponderado símbolo de "para todo", le figuró meterlo como una imagen. El programa le dice que tiene facilidades para insertar imágenes, eso, claro está, siempre y cuando NO vengan como parte del texto. Si usted quiere hacer eso, vaya a Paint, pínte el simbolucho y ruegue a dios o a quien sea para que no resulte macheteado en el proceso de inserción. Si es lo suficientemente de buenas como para que no se dañe el interlineado, tenga a la mano el WinZip o algo del estilo, porque el archivito le va a pesar una tonelada. La otra cosa es que a PageMaker le gusta ser un revolucionario, algunas veces pega el símbolo dentro del texto como es debido, otras, pues no. Y entonces queda uno viendo un chispero en lo relativo a la eficiencia del proceso porque, por un lado, si el símbolo está varias veces en el texto, toca meterlo siempre a mano y cuadrar los espacios, y por otro, toca hacer varias imagenes que cuadren según el capricho del programita. A PageMaker le gustan las resoluciones bajas, no así a la imprenta, entonces, ¿qué hemos de hacer para que no pongan pereque por lo perecudo del programa? :Camellarle horas y horas y horas. Pero eso no sirve, porque a don Page le da por no grabar cuando no quiere, y cuando quiere, por grabar mal. El resultado: archivos defectuosos de un millón de megas. Lindo, muy lindo.
Convoco a todos aquellos que han tenido algún problema con sus computadores a revelarse contra los programas costosos y demagogos, pido a todos su máximo empeño por acabar con la mentira y falta de moral que los expendedores de software presentan, sugiero que volvamos a las bellas épocas de la máquina de escribir y las tijeras y el pegastic que ningun tipo de formato compatible con nada nos exigía o que nos pasemos a Linux y aprovechemos las múltiples posibilidades que por malas que sean no pueden ser peor que lo que don Bill nos ha legado. Les pido, de todo corazón, que apoyen a esta mediocre trabajadora en su cruzada contra la infamia.
ABAJO PAGEMAKER!!