jueves, julio 28, 2005

html, proxy, proxy, alabado sea el señor robot.

Dado que Ideas y Valores está en B (ehem, ehem...), estamos en proceso de apurar el paso para subir de categoría en el Publindex. Al parecer, lo único que nos falta para subir es estar indexados en una base electrónica internacional. Y se nos atravesó SciELO (Scientific Electronic Library Online -acrónimo que parece diseñado por un no-angloparlante-), indexador y base de datos de publicaciones científicas seriadas en latinoamerica que en próximos meses inagurará su plataforma en Colombia.
Aprovechando mi reciente trabajo en diseño y 'engallamiento' de la página de internet de la revista y, coherentemente con mi cargo de slavecretary, pasé mi última semana de vacaciones en un seminario de capacitación ofrecido por miembros del comité de SciELO, donde la comidilla del día fue html, proxy, proxy, ftp. SciELO parece ser un muy eficiente sistema para incrementar la visibilidad de una publicación científica, particularmente si ésta pertenece al campo de las ciencias de la salud o de las 'ciencias duras', dado que tiene convenios con otros índices y bases de datos a nivel internacional de muy alto reconocimiento. Para ciencias humanas, como parece ser usual, las ventajas no parecen ser tantas ni tan notorias; sin embargo, es claro que aún si fuera sólo por subir de categoría para Colciencias, resulta un buen negocio para Ideas y Valores vincularse al próximo SciELO Colombia.
El taller de capacitación constó de dos partes: la primera dirigida claramente a editores o miembros del comité editorial, en la que se exponían las ventajas de vinculación, los requerimientos formales y de contenido, los procedimientos básicos y otras cuestiones de este estilo. La segunda, por otra parte, parecía carecer de una definición clara de a quién debería estar dirigida y estaba dedicada a capacitar a los asistentes en el software del sistema indexador. El editor de la revista fue a la primera parte, yo asistí a la segunda.
Yo no soy ingeniera de sistemas, ni siquiera soy tan conocedora de códigos y demás lenguajes de programación como el blogger promedio, pero alguito sé de CSS, html y de cómo poner un contador de visitas en una página. El problema que tuvo la segunda parte del seminario fue, principalmente, la falta de homogeneidad en el nivel de conocimiento de manejo de código html de los asistentes. Entre los presentes habíamos secretarias y monitores, encargados de las versiones electrónicas de las revistas, miembros del comité editorial, editores y asociados. Esto hizo que mientras para algunos resultara bastante sencillo entender que el documento que pedía la base empezaba con [ h t m l ] y terminaba con [ / h t m l] , para otros esta información fuera tan poco clara como un tratado de Derrida. Para mí, el problema fue lo terriblemente innecesario de la cantidad de tiempo planificada.
A diferencia de lo que ocurre en muchos lugares que guardan y publican revistas electrónicas, en SciELO no se tienen los artículos de cada número en formato PDF sino en html. Pero no es posible hacer un archivo simplemente exportandolo desde Word, PageMaker, o Latech (o como se llame) o creándolo en programas como Dreamweaver, es necesario utilizar el software del sistema que requiere, a grandes rasgos, que cada artículo sea re-escrito para poder ser taggeado (o marcado, como decían en el seminario). La cosa es que el archivo necesita tener el formato que exige la página y, por tanto, tiene que ser conforme a los estándares de codificación que manejan. Me sorprendió la sencillez del documento que hay que enviar. No es posible anexar tags [s p a n], [d i v] ,..., ni darle formato al texto con alineaciones, color, tipo de letra, etc. Lo más grave es que no pueden ponerse caracteres extraños, por ejemplo, operadores lógicos o matemáticos o texto en griego. Es claro que para una publicación científica la posibilidad de manejar símbolos (y para una revista de filosofía, texto en griego) es un determinante claro de lo conveniente que resulte un sistema de publicación [yo, personalmente, detesto PageMaker por su escasísima tolerancia a símbolos extraños]; la solución que se daba era "meterlos como imágen". Eso puede resultar útil cuando se trata con fórmulas, que, en última instancia, pueden ponerse por fuera de la línea de texto, pero cuando se trata con palabras y no sólo símbolos, la tarea de armar una tabla y llenar celda por celda lo que es texto y lo que debería ser texto se vuelve demasiado engorrosa. Las ventajas que trae la codificación que propone SciELO están relacionadas con la posibilidad de hacer un exámen bibliométrico eficiente y de proporcionar resultados a búsquedas relacionadas con el artículo. Yo pensaba que los meta-tags que ponía uno en Dreamweaver (autor, palabras clave, etc...) cumplirían la misma función que los tags, realmente más complicados y hasta arcáicos, que requiere el sistema, pero, los portavoces de SciELO insisten en que no es así. Creyendo en la eficiencia de los tags requeridos, el problema es entonces la cantidad enorme de tiempo que toma ponerlos. Dado que el sistema requiere que el código sea tan limpio como sea posible (preferiblemente que sólo incluya [ h t m l],[h e a d] y [b o d y] ), es necesario, como dije antes, ir palabra por palabra, línea por línea detectando lo que hay que marcar y marcarlo no una, ni dos, ni tres veces.
Meter a la revista al índice es algo que toca hacer, es, después de todo, una oportunidad increíble, no sólo para ascender en la clasificación, sino para dar visibilidad a la publicación a nivel internacional. Pero me sorprende que, mientras hay tantas tantísimas personas en el mundo que se dedican a desarrollar códigos y herramientas que hacen más eficiente y más cómodo tratar con documentos electrónicos, un sistema que trae tantas ventajas requiera de un manejo de estos más parecido al trabajo que se haría con una máquina de escribir que al que se haría con un computador. Como soy slavecretary por un semestre más, supongo que tendré que someterme a las reglas de juego que me impone SciELO, que el proxy me proteja.

martes, julio 26, 2005

higiene dental

Odio cuando la crema de dientes se convierte en pasta de dientes.

domingo, julio 24, 2005

Sobre la 'descarriada' juventud.

Liam escribía acerca de la falta de motivación ante cualquier cosa presentada por aquellos que están entre noveno y once grado (muchachos y muchachas entre 7 -si son meranistas- y 19 o 20 años de edad). Bastante consternado por su falta de autonomía e identidad, los animaba a tomar un libro o alguna otra cosa y 'engancharse' a lo que fuera, a darse permiso de ser alguien en un momento determinado de su vida, un momento que pudiera algún día ser considerado una piedra angular de su historia personal. La cantidad de comentarios a favor de lo dicho allí parece evidenciar un tipo de acuerdo que se plantea entre quienes son algo mayores o se sienten excluídos del grupo mencionado, parece evidenciar una preocupación común por una juventud con la que se evita tener contacto, a la que se repudia y compadece. Supongo que es claro que esto no es un problema propio de quienes tienen en este momento tales edades, supongo que es claro también que no puede hablarse de todos y todas las jovencitas que por una razón u otra, o ninguna en especial, pasan la vida, o mejor, dejan pasar la vida sin preocuparse de nada, sin toparse con varios o muchos casos que indicarían lo contrario. Por momentos, lo escrito parecía ligeramente contradictorio ante la mención de la necesidad de los jovencitos de pertenecer a un grupo, de identificarse con la masa siempre cambiante, de, en algún sentido, definirse a sí mismos como indefinibles. Creo, realmente, que ni ese es el caso, ni es lo que Liam quería decir allí.
Lejos de existir una pasión por una identidad ambigua, creo que lo que ocurre es más similar al encubrimiento de una vulnerabilidad mediante el autoconvencimiento de que no hay afán por ser alguien todavía. Paradójicamente, talvez, los muchos jovenes que vemos todos los días paseando por las calles, recitando sus libretos, agrupandose descuidadamente y escondiéndose del escrutinio no hacen otra cosa que pretender ser más adultos, querer ser más 'personas' y menos niños, creer que la falta de necesidad de poseer un conjunto de predicados adjudicables a uno y sólo un individuo es de por sí una característica intrínseca de sí mismos. No hay, o no creo que haya, al menos, conciencia ni intención de afrontar la vida como un proceso de definición de sí mismo, como una continua tarea de agrupación de características -ya bien permanentes o pasajeras- o como un recorrido en primera persona por un mundo lleno de primeras personas. Pero tampoco hay la apatía que a veces se menciona al hablar de la juventud de una postguerra, no hay desesperanza ante el futuro ni incredulidad ante lo que pueda ofrecerse, no hay necesidad de desgarrarse en el momento, de verse a sí mismo como una llamita efímera amenazada por el mundo, no parece haber nada, nada.
La manera en que se maneja a los niños y no tan niños en los colegios puede tener, en parte, un papel relevante en la cuestión. La consabida retahíla a los padres de fomentar el autoaprendizaje y la confianza en las propias capacidades puede no ser más que una excusa para no exigir de los estudiantes más que un medianamente buen rendimiento académico y un comportamiento que no sobrepase los límites de la decencia, al menos, dentro del espacio físico de la institución. Con la banderita de "no todo el mundo tiene talento para algo" se justifica el que la gran mayoría no tenga un interés particular que explotar, que sea bien visto sacar una reseña de encarta y que no sea necesario hacer parte de un 'club', grupo, equipo, banda o comité para poder ser considerado una 'futura promesa'. Pasa también en las universidades, pues no es necesario ser el mejor, el más culto, el más apasionado, ni el más eficiente para graduarse y posteriormente conseguir un empleo que dé para el arriendo y el mercado, con tener un cartoncito y una corbata tenemos para rato, a nadie le va a importar que no haya nada para decir mientras la cerveza pierde el gas y las amigas muestran la ropa interior sobre el pantalón en la pista de baile, para eso la música está a tan alto volúmen.
Habría que preguntar si los jóvenes y no tan jóvenes apasionados pueden compensar el peso de esos otros muchos, o si acaso es posible que la fuerza enorme de quienes no hacen fuerza por nada es tal que poco a poco los intereses se apaguen y se diluyan en un intento por sobrevivir.
A veces parece realmente más sencillo dejar que el segundero de vueltas sin pensar en lo que es dado y en lo que viene, pero, sinceramente, a mí me mata la curiosidad.

sábado, julio 23, 2005

"sólo se está engañando a usted mismo" V 2.0

A las ocho y pico de la mañana -tardecito, como es de costumbre- entré al salón de clase , donde se encontraban ya la profesora y uno de mis compañeros. Estaban corrigiendo la larguísima tarea que para el día de hoy había sido asignada, elaboración de bastantes frases utilizando 'Nebensätze als Präpositionalergänzung' y otros ejercicios del libro. Cerca de 20 minutos después, empezaron a llegar el resto de alumnos de la clase, cuya preocupación por el examen de hoy se mostraba ligeramente, acompañada, claro está, de la confianza en la copia que ocho días antes habían conseguido. La clase fue normal, se repasaron verbos con sus respectivas preposiciones, la forma de conjugación en futuro y un poco del vocabulario referente a profesiones y trabajos. A las 10 de la mañana, como de costumbre, salimos para la primera pausa, espacio ameno para fumarse un cigarrillito y tomarse un cafesito con saborizante de vainilla. Yo estaba algo preocupada por el examen, debo decir que mi memoria no es muy confiable y que, por tanto, aprenderme verbos acompañados de preposición y los casos en que se utilizan es algo complicado. Saqué las hojas que la profesora nos había dado con los verbos listados y empecé a estudiar, muy por encima, como es de costumbre.
Mientras yo fumaba mi mustang azul en el patio y saboreaba mi cafecito, noté que mis compañeros, amontonados sobre una mesa de la cafetería, estudiaban muy juiciositos para el examen; bueno, eso creí. La verdad es que tenían, a plena luz del día y en medio del corredor altamente transitado del instituto, la copia del examen, subrayada y corregida varias veces, expuesta a la vista de cualquiera que por simple casualidad pasara por ahí. Subieron todos llenos de confianza y con esa sonrisa altanera y presuntuosa de quien cree saberlo todo. Al entrar de nuevo al salón, la profesora repartió los exámenes: dos páginas hechas a computador y una fotocopia con clasificados de trabajo, examen que, claramente era muy muy distinto al que mis compañeros con tanto esfuerzo habían preparado, memorizado y calculado el número de errores pertinentes para no resultar sospechosos de robo. Risitas nerviosas y caras de pánico invadieron el salón; era más que evidente que en lugar de haber utilizado la copia como guía de estudio, había sido ésta utilizada como nada más que una copia mediocre, un libreto a memorizar. El examen fue bastante difícil, sobre todo la parte de comprensión de escucha; supongo que varios resultaron descabezados y estarán en su casa maldiciendo al destino por no haberles regalado la notita que tanto necesitaban.
Con algo de pudor debo decir que alcanzo a sentirme orgullosa de como salieron las cosas. No es ni fue mi intención que alguien pierda su tiempo ni su dinero, pero, tampoco lo es ni lo fue estar obligada a rezagarme a causa de la incapacidad de otros. Me rehuso a acolitar la mediocridad.

martes, julio 19, 2005

una petición

Si he de dejar pronto este mundo y mi familia decide hacerme un funeral con bombos y platillos, por favor compren su arreglo floral aquí.

domingo, julio 17, 2005

"sólo se está engañando a usted mismo"

Llevo estudiando en el Goethe-Institut algo más de seis meses. Los profesores son realmente muy buenos, los libros son afables y el 'nivel' de algunas personas que allá estudian es bastante motivante; la competencia sana es un aliciente para los espíritus inquietos. Estoy actualmente en G2B, el segundo curso del segundo nivel de la primera parte del programa ofrecido por el instituto. Yo me esfuerzo mucho, en realidad soy muy ñoña, no sólo porque me gustan los idiomas en sí mismos (!), sino porque he descubierto que el alemán no es sólo gracioso, también increiblemente hermoso.
En los cursos siempre hay gente mala, vaga o terriblemente despistada; en el primer nivel que tomé en el instituto había un joven que realmente no entendía una letra, de cariño le apodamos 'superman', dado que usaba una camiseta azul con el escudo. Era un muchacho animoso que se despedía con un fuertísimo "Chús!". En el segundo nivel que tomé (primero del segundo nivel de la primera...) una joven morena, con la clásica actitud de sonreir y asentir sin tener idea de lo que estaba pasando, osó a preguntar en medio de clase "¿qué es eso de 'ich'?". En este curso sólo somos 8 personas, 3 de las cuales son repitentes por segunda vez (bueno, ahora 2, porque a la ancianita la bajaron de curso, a uno que ya había visto 3 veces), un par son no muy buenos y un joven estudiante de bachillerato sobresale por 'darse garra de bueno'.
Al parecer, G2B es el curso más difícil de los que dictan, dada la inmensa cantidad de contenidos gramaticales que hay que aprender y la rapidez con que es necesario hacerlo. Los exámenes son complicados, eso sí puedo decirlo a conciencia, son, en alguna medida, como esos tests de comprensión de lectura en los que no importa qué tan bien se sepa leer, ninguna de las 'interpretaciones' dadas a elegir es suficientemente satisfactoria para ser dicha correcta. Dicen, además, que el examen correspondiente a la lección 28 (que he de presentar el próximo sábado) es más difícil que todos los demás. Mis compañeritos, algunos estimados, otros desconocidos y otros repudiables, se encuentran muy angustiados pues sus notas no parecen ser muy buenas. Ante esto, han decidido optar por la copia.
Según dicen, en la Universidad de los Andes es bastante sencillo hacerse de copias solucionadas de los exámenes de Moment Mal (libro que sigue el curso); por la módica suma de 5,000 pesos colombianos puede usted engañar a su maestro, a sus padres y a usted mismo en lo que al aprendizaje de la lengua alemana respecta. Con lo que usted compraría un paquete y medio de cigarrillos caros que sólo deteriorarían su salud puede usted hacer que esa inversión de casi dos millones de pesos hecha en clases de alemán parezca dar frutos, puede hacer que su maestro crea que el empeño e interés que no se reflejaron en sus paupérrimas notas por fin se muestren en éste, el más difícil examen del curso, demostrando que usted también es un héroe. Claro, no todo es tan fácil, hay que memorizar las respuestas, asegurarse de que lo que se copie se copie bien, pero sí es más sencillo que aprender, y más util: uno nunca sabe cuándo va a necesitar las habilidades propias del chanchullero, hampón, mentiroso y facilista; para donde va el mundo, serán habilidades imprescindibles para la supervivencia.
Realmente estoy indignada, no sólo por ser la única del curso que cree que hacer trampa es hacerse trampa (y que eso es algo indeseable); me duele pensar en que esos casi 16 millones de pesos que entre los 8 del curso se han gastado (sin contar la plata de los cursos repetidos) podrían haber sido usados para algo mejorcito, en que todo el interés y tiempo que le bota la profesora al curso se pierden en mentecitas jóvenes desinteresadas, en que en últimas, para esos tramposines, esto no es más que algo que figuró hacer, sin importar hacerlo mal. Yo, en medio de mi indignación moral y a sabiendas del peligro implicado por ser 'la rata', estoy dispuesta a llamar mañana a la profesora sugiriéndole cambiar el examen, para que la plata desperdiciada no sólo sean esos casi 16 millones, sino casi 16 millones 70 mil.
Chucho dice que eso no es problema mío. Supongo que es verdad, "que cada cual haga de su 'xxx' un carnaval" parece ser una leyenda apropiada, pero me molesta realmente que las cosas sean así, que gente que puede no tener las capacidades requeridas para seguir adelante vaya, como decía Gloria de Agudelo, profesora del colegio, "en coche". Creo que en parte sí es problema mío, después de todo, yo soy la que tiene que seguir tomando clase con estas personas, soy la que tiene que ignorar sonrientemente los "chús" y los "¿qué es eso de 'ich'?".

martes, julio 12, 2005

"La vanguardia es así"

Habiendome demorado ya suficiente en espera de comentarios y alabanzas por parte de los otros bloggers que asistieron al concierto del vejete aquél, decidí que era hora de manifestar un par de conclusiones a las que llegué. Debo aclarar, ante todo, que no pretendo hablar de la música del bigotudo, de sus poéticas letras, de su pasión por el arte, ni ninguna de esas otras cosas trascendentes -y nótese que NO digo "trascendentales"-, porque, como bien lo dice el título de este cubículo amarillento, aquí no estamos para esos trotes.
El viernes empezó bien, un desayunito bastante decente seguido de la tanda oficial de Gilmour Girls/siestita post-desayuno, llamadita por teléfono al niño Miguel y cacharreamiento en la futura página de la revista. Habíamos quedado de encontrarnos a las tres de la tarde en el Centro Comercial Andino que, como todos los centros comerciales en época de vacaciones escolares, se encontraba plagado de clones enchufados a teléfonos móviles interpretando el libreto escrito para nuestra generación 05 -"y qué más guon...". Algo tarde, recogimos las boletas y abordamos un carrito amarillo con capucha que nos llevaría menos al centro de lo que yo hubiera creido. Al bajarnos en la plaza de toros, me sorprendió ver menos gente, mucha menos, de la que esperaba que estuviera haciendo fila. Los que allí se encontraban ostentaban bandas rojas, negras y blancas, similares a las usadas por los nazis otrora, con las letras SNM, cuyo significado no he sido capaz, aún, de asimilar. Encontramos a una amiga de la universidad sentada con su hermana, que cosía lentejuelas de colores en un esqueleto negro mientras esperaba. Nos sentamos y charlamos un rato; se me previno, con mucha agudeza, en contra de expresarme del vejete bigotudo en términos de "vejete repugnante", "cochino", "cosa inmunda" o similares, ante la presencia de radicales chocobohemios orgullosamente uniformados como miembros de una milicia radical. Así que me guardé mis opiniones. A eso de las cuatro y media decidimos cambiar de fila, a una que estaba más arriba -la plaza de toros, como muchas otras edificaciones bogotanas, se ubica en una pendiente-, considerablemente más corta.
Supuestamente entraríamos a las cinco, pero, claro, eso era una mentira terrible, parados ahí duramos largo largo largo rato. Cuando por fín entramos, nos hicimos hacia el centro -lo más de frente posible al escenario, considerando la distancia entre las graderías y éste- y yo, hambrienta por un almuerzo francamente paupérrimo, casi alcanzo las lágrimas al enterarme de que un perro caliente acompañado de una coca-cola de 600ml no bajaría de nueve mil pesos. Algo pasaditas las siete se subió la banda telonera, Los Cinco del Tapete. No hay palabras humanas para describir el espectáculo que montaron, pero para decirlo tan precisamente como es posible, si Charly García se subía al escenario, vomitaba sobre los músicos y se quedaba dormido en el suelo, se ganaría el premio a lo mejor de la noche. Los teloneros tocaron un par de canciones que, al menos en las graderías, fueron abuchadas energéticamente y luego al decir con demasiada ingenuidad el cantante "¿quieren que toquemos otra?", un estruendoso "NO" invadió la plaza.
Empezó el olor a "María Cachafa" y los cánticos en tono futbolesco de los 'temas' del ancianito; se sentía la tensión del público asistente, un par de gotitas caían del cielo y por fin se abrieron los inmensos telones negros que ocultaban el escenario. Y se hizo la luz, desafortunadamente. Sale Charly García "vestido" con una trusa negra pseudo satinada que delineaba con demasiada presición su delgadísima figura y unos zapatitos blancos, sin medias, por supuesto, unos audífonos rojos y las manos pintadas de plateado. Oh horror de los horrores, ¿qué ha hecho este pobre pueblo sufrido y decadente para merecer tan tortuosa exposición de la anatomía masculina hecha despojo?. Este hombre, o lo que queda de él, se sentó entre cuatro teclados y una consola de efectos y empezó a cantar, para alivio de todos. Si no estoy mal, lo primero que tocó fue 'Desarma y Sangra', o algo de título parecido. Quienes estaban en VIP saltaban coordinadamente, generando un oleaje que, a pesar de todo, resultaba emocionante y conmovedor. A mi alrededor se gritaba la letra, evitando que por momentos fuera posible saber si el tan admirado personaje cantaba lo que todos creían y querían o algo enteramente distinto. Subiendo y bajando las larguísimas ancas, pateando micrófonos y roadies esforzados, hablando incoherencias, bebiendo como un demente, arrancándose los audífonos de la cabeza y recogiendo banderines, papeletas propagandistas y camisetas, el viejito aquél logró con éxito concluir el "primer acto" de su concierto en Bogotá. Se cerraron los telones y el público gritó por más. Yo tenía la esperanza de que, como todo buen artista pop, el intermedio fuera un espacio para cambiar de vestuario, esperaba que el vejete se quitara la trusa repugnante y se pusiera unos pantalones, unos chores, bermudas esqueiter o, al menos, la pantaloneta de mi selección. Abriendo el "segundo acto" noté que el todopoderoso estaba de mi parte: el viejo hidrofóbico se había cubierto medio cuerpo con la camiseta recogida del piso que intencionadamente versaba "viva cocalombia". Siguió cantando, con mucha ayuda del público, quepa decir, con poco o ningún espacio entre canciones, parandose de vez en cuando a acosar violentamente a los hombrecitos que vestidos de negro luchaban porque no deshiciera el escenario y a tocar la guitarra. Luego se cerraron los telones y el público siguió gritando y fumando marihuana. Se abrieron de nuevo y siguió tocando, bebiendo, golpeando a los roadies y, muy para mi pesar, bailando obscenamente de vez en cuando.
El concierto concluyó y nos fuimos. Fue una noche memorable; Charly García no salió con un chorro de babas -al menos no en sentido figurado- y muchos saynomoreros soñaron con su gloria, su gracia y su entrepierna casi descubierta esa noche. Yo la pasé bien, a pesar de la trusa y el tiranismo.
Como conclusiones, lecciones de vida en realidad, quedan las siguientes:
1. Charly García no es sólo un cuasi-mechudo totalmente hidrofóbico, asqueroso-repugnante-indignante-senil-drogodependiente-alcohólico-cochino-faltademoral, también es un viejo chupamedias,tirano oompa-loompero, careperro, piernipoquito y culichupao.
2. A pesar de eso, el anciano toca el piano, y lo hace bien.
3. Los empresarios deberían dedicarse a traer bandas, no a amargar al público antes de los conciertos creyéndose buenos teloneros; sumado a eso, no deberían vestirse como miembros de Locomía.
4. Las bandas de Metal NO necesitan pandereteros.
5. La camiseta debería haber dicho "I am with Chupamedias".

jueves, julio 07, 2005

Carreño estará revolcandose en su tumba.

La inmoralidad ha terminado por invadir mi vida. Dedico mis días a hablar sandeces en términos muchísimo menos que castizos (..."todo bien parcera, pistéese la mondá esa"...), a postergar el momento del baño cuanto sea posible, a comer con las manos y diseñar peinados a base de la laca de 15,000 pesos que compró mi mamá en Fedco. Río briosamente en la sala de cine, mastico las crispetas, cotufas, maíz pira, pop, o como sea con la boca abierta y me burlo de la música de los taxistas. He llegado a burlarme de los japoneses por cualquier cosa que alguien diga acerca de ojos rayados o baja tolerancia a los estremecimientos; bebo, fumo y maldigo como si no hubiera mañana. Pero esta semana todo eso se verá como las jugarretas inocentes de un infante. Esta semana todo se acabará, el término mismo "inmoral" adquirirá un nuevo sentido y manchará mi honra y dignidad para los años venideros.
Esta semana veré en vivo al cuasi-mechudo totalmente hidrofóbico, asqueroso-repugnante-indignante-senil-drogodependiente-cochino-faltademoral de Charly García. Me he vendido descaradamente a la moral chocomochilera de las gomelas/bohemias de colegio femenino y los meranistas rezagados del mundo; me he entregado al reino de Pablis.blogspot.com, del "Say no more" que es más que un slogan una petición desesperada al bigotudo bicrómico; la publicidad inescrupulosa de Drayru ha calado profundamente en mi cerebro. Ante toda la inmoralidad que de mi vida se desprende, esto, por mucho, excede mis propios límites, mis propias espectativas.
Pero hay que aceptar las cosas como vienen, y si Drayru comparte urinal con Fito Páez, supongo que yo debo demostrar el valor suficiente para compartir plaza con la cosa espantosa aquella. Dios no quiera que lo disfrute y termine condenando mi alma a las llamas del infierno de eso que llaman el "rock en español"; Dios quiera que el vejete ese esté bien podrido y de un chou patético para que pueda mantenerme en mi posición de odio por los poetas auto-declarados; Dios quiera que llueva y se le dañe el alisado a las gomelas-choco-bohemias que asistirán y se le caiga "la gel" a los jovencitos presentes. Y si todo eso falla, si en última instancia se comprueba que Dios no existe o que si existe no está interesado en estar de mi parte, ojalá haya un par de segunditos de silencio para poder emitir un berrido que le sugiera ir de la cama hasta la ducha.
Qué vendición.

martes, julio 05, 2005

Kokomo FC

Hay muchas personas en este mundo que no gustan del futbol; ya sea porque consideran tarea de tontos pasar casi dos horas de la vida viendo a 22 tipos en pantaloneta corriendo detrás de una pelota, ya sea porque preferirían ver el campeonato de bolo criollo, ya sea porque, en una tarde de domingo, les resulta más ameno ver a Jean Claude Van Damme o a Steven Segal haciendo carantoñas y dandose puñetazos con orientales. A mí sí me gusta el futbol, a pesar de no querer verlo cada vez que prendo el televisor. Me parece un deporte bonito, lleno de posibilidades de mostrar habilidad y técnica, de mostrar capacidades motrices que no podré nunca realizar. Soy hincha del Chelsea, pero, no por que sea el equipo de moda ni el nuevo, como diría 'Liam', 'pesebre'. Veo los partidos de la Selección Colombia, en cualquiera de sus divisiones; he ido al campín a ver a la tan amada "Mechita" de Miguel en tres ocasiones y "jugaba" como delantera en el terriblísimo equipo de futbol del colegio. Ahora me dedico al Kokomo FC. Kokomo es un equipo nuevo, fue formado la temporada pasada en la séptima liga de Bogotá quedando segundo en su debut. Por el momento tiene 25 jugadores, la gran mayoría bogotanos, que, a pesar de no tener mucho talento, juegan con garra y amor por la camiseta. Esta temporada el rendimiento del equipo ha bajado considerablemente debido a la negligencia de los dueños y la pésima contratación de un nuevo entrenador. Pero las cosas van mejorando, se hacen más anotaciones y se refuerzan las zonas débiles. El título está aún muy lejos, pero un segundo lugar puede todavía esperarse. Esta semana, Kokomo viajará a Chile a jugar un amistoso con "Testigos de Jehová", primero en la sexta liga de Santiago. La alineación, totalmente hecha de suplentes, intentará dar frutos para el equipo, subir la moral y aumentar la experiencia de los jovenzuelos que día a día entrenan para hacer de mi vida en internet algo realmente más inútil, pero ameno. Kokomo es parte de Hatrick, un portal donde es fácil adquirir un equipo, administrarlo, organizar a los jugadores y jugar con sendos desocupados en todo el globo. A quien no le guste el futbol sugiero que no lo intente, que no desperdicie su tiempito en alineaciones y partidos en los que no se ve realmente ninguna jugada espectacular ni los mensajes en camisetas blancas después de los goles. Pero, a quien sí le guste el futbol, a quien siempre se sienta frente al televisor a criticar al técnico por bestia, a los jugadores por troncos, a los narradores por ignorantes y a la mayoría de la compañía femenina por desentendida, le recomiendo el jueguito.

lunes, julio 04, 2005

Estamos en B.

Llevo trabajando en Ideas y Valores durante casi un año; es un trabajo duro, pero, es realmente gratificante. En alguna medida, es como hacer parte de eso que llaman la "comunidad filosófica colombiana", y eso, definitivamente, me llena de un orgullo extraño que se mezcla por momentos con un sentido de responsabilidad sobrecogedor, que Miguel cree que es injustificado. Yo soy la monitora, cargo que en público se llama "secretaria de redacción", básicamente me encargo de lidiar con el señor de Sincelejo que llama enfurecido a protestar porque no le llega la revista y a aguantarme las múltiples pataletas de Page Maker, entre otras cosas. Yo, dentro de todo el estrés que me produce, disfruto mucho mi trabajo. Hoy, después de no haber mirado mi e-mail durante muchos días, recibí una noticia maravillosa: Ideas y Valores ha ascendido de clasificación en el sistema de indexación de publicaciones científicas seriadas de Colciencias; estamos en categoría B. Para los no-entendidos, el Publindex (sistema de indexación...) es un índice de las publicaciones colombianas dedicadas a la investigación en un área determinada del conocimiento; éste está dividido en varias categorías, siendo A2 la más alta y C la más baja. Ideas y Valores, con 127 números publicados (y algo más de 50 años de continuida), había estado indexada en la categoría C. Hoy, el comité escribió al editor una carta informando del ascenso de categoría, lo que significa, entre otras cosas, mayor "prestigio" para la revista y mayores beneficios para quienes en ella publiquen. Estoy verdaderamente emocionada, a pesar de que el cambio no represente ninguna alteración sustancial para mi ni para mi trabajo.
He estado trabajando en la paginita de internet de la revista, Macromedia Dreamweaver es realmente amistoso para nosostros los incultos en cuestiones de diseño y programación de páginas, apenas tenga algo decente, les paso el link, para que colaboren con lo de los hits.