viernes, junio 26, 2009

Michael (II)

Se murió Michael.
Y yo todavía creo lo que afirmé aquí.
Hoy me puse medias blancas a manera de pequeño homenaje.

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domingo, abril 27, 2008

De la solidaridad.

Si uno hace una lista de las razones por las cuales "estamos como estamos", además de tener que incluir varios de los horrores que la historia patria nos ha legado, tendríamos que apelar a un rasgo fundamental de la concepción de vida con la que nos han criado. Sin necesidad de hablar de la propensión a la corrupción y la descarada majadería de los dirigentes que nos han engañado durante años en periodo electorar, haciéndo gala de heroísmo y impecabilidad moral, para luego, una vez electos, hacer relucir su real talante; ni de lo proclive que es la gente a tragar entero dogma y teoría remojada y revaluada a manera de apología de la vagabundería y la pereza mental, parecería poder hablarse sin mayor tapujo de un asunto que la doctora Nydia Quintero ha tratado de solucionar desde hace ya varios años.
Estamos como estamos en parte por una falta enorme de solidaridad en Colombia. Doña Nydia lleva saliendo a las calles, convocando cuanto personaje esté en boga en el momento, para promover un mensaje alegre y esperanzador para el futuro del país. Entre las comparsas que inmovilizan las vías principales de las ciudades y el pegajoso jingle que año tras año infecta las cabezas del pueblo, se manifiesta una necesidad profundamente arraigada en quienes marchan, miran, o sintonizan el televisor. Hay que solidarizarse, hay que unir las voces y manifestar que somos un todo vibrante y electrizado, hay que gritar hasta agotar las fuerzas y así compensar por quienes no pueden hacerlo. Lo que ha quedado un poco confuso siempre es en torno a qué, exactamente, hay que solidarizarse. "Solidaridad por Colombia", en mi pequeñísima cabeza, ha pasado por distintas interpretaciones, ninguna del todo satisfactoria. "Por" como denotando el lugar a recorrer, me dejaba con algo similar a "Solidaridad a lo largo y ancho de Colombia". "Por", como causa, dejaba "Solidaridad porque Colombia lo necesita -o lo demanda-". "Por", como el objeto de la solidaridad, dejaba "Solidaridad hacia Colombia", pero lo indeterminado de "Colombia" me dejaba siempre perpleja. El punto es que, sin tener que entrar en recovecos lingüísticos, quizá sea adecuado decir que la falta de solidaridad se debe en parte a la falta de algo por lo cual solidarizarse. Ya me lo dijo alguna vez Aponte, no se puede tener actitudes intencionales 'en abstracto'.
Este último año ha sido muy movido en cuestiones de solidaridad. Nosecuántos millones -según las cifras siempre fluctuantes- se pusieron la camiseta blanca y se solidarizaron en contra de unos. Luego, un mes después, otros nosecuantos millones se solidarizaron quedandose juiciosos en la casa, para que no fuera alguien a pensar que la solidaridad con los muertos era también solidaridad con los asesinos -ay, la compleja aritmética del sentimiento común-. Poco después, la solidaridad llegó a las disqueras y distribuidoras, que se solidarizaron entre ellas, solidarizándose con esos que querían solidarizarse ante su falta de solidaridad para con los gobiernos implicados en un conflicto que mostraba la ausencia de solidaridad regional. Pero tanta marcha y arenga, tanto bailoteo en la frontera, tanta camiseta con eslógan no habría logrado nunca mostrar la voluntad de unidad que reflejó lo ocurrido hace un par de días en Manizales.
Me mueve hasta las lágrimas ver la manera en que 700 estudiantes, sin dudas ni prejuicios decidieron hacerse sentir, en la única manera que un país como éste les permitiría. Con pancartas preciosas hechas en cartulina de colores y témperas, sostenida por sus manecitas inocentes, de uñas cuidadas y pintadas con colores pastel, dejaron claro que se solidarizaban con la rectora del plantel, cuyas decisiones no perderían su validez a la luz de un decreto arbitrario e irracional -por no decir abiertamente inmoral- que una instancia tan poco legítima y creíble como una tutela amparada en la constitución pretendía revocar. Es una muestra implacable de la manera en que la acción comunitaria ha logrado penetrar en las fibras más profundas de nuestra sociedad, de que el mensaje que doña Nydia cada año promueve ha encontrado un lugar en el corazón de todos.
Y es que ¿por qué pensar siquiera en la posibilidad de que la posición contraria tuviera un mínimo de sentido? ¿para qué pensar en la constitución, para qué apelar a los derechos humanos, para qué considerar la posibilidad de no imponer la fuerza si es para lograr lo que todos queremos? ¿No es acaso la democracia ese lindísimo sistema en que todos jalamos para el mismo lado? ¿No es lo ideal demostrar que la ensordecedora voz de muchos -incluso sin saber qué se está diciendo- vale más que los murmullos de un par? ¿No somos "todos" el pedazo relevante de quienes somos iguales y podemos juntarnos a imponer a gritos lo que queremos? Al final del día, que esos que no pueden hablar se solidaricen entre ellos, que aquí estamos rico solidarizándonos entre nosotros. Que armen sus propios colegios, sus propias ciudades, sus propios países, que aquí no hay campo para la consideración de lo otro. Y así, no me cabe duda, es que dejaremos de estar como estamos. Y eso es lo que queremos, ¿no?

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martes, abril 15, 2008

control médico

El viernes pasado, en medio de mis afanes académicos y mi indecisión sobre la manera adecuada de poner los pies bajo el escritorio para evitar el adormecimiento producto de mis faltas de potasio; mientras leía en twitter como Kam y el Venao también pasarían su noche de viernes alejado de las rumbas, una terrible punzada detrás del ojo izquierdo me postró en la cama. Como llevaba ya muchas noches fumando junto a mi ventana, tratando de culminar la labor de edición de aquel documento que no quiero mencionar, era de esperarse un ligero resfriado. El cambio climático del que todo el mundo habla no iba a dejarme a mí seguir haciéndole fieros, como si la capita de grasa que recubre mi sección media fuera aislante suficiente para el cambio de temperatura notorio que ya es cosa del día a día. Fui a la cama, dormí, soñé que hacía cuentas de un negocio con miles de recibos de caja en mano, categorizados por color, fecha, precio y, curiosamente, sabor de helado(?). Al despertar, tenía par bolitas en la garganta -que acompañaban un dolor muy fuerte-, me dolía todavía la cabeza y en el lado derecho de mi labio inferior protruían tres pequeñas ampollitas, que daban fe de un estado febril previo que, afortunadamente, no recuerdo. Sintiéndome maluca todo el día, renuncié también a la rumba de sábado y por empeoramiento de la situación, al estudio dominguero -nunca tan serio como ese que se lleva a cabo entre 11 de la noche y 3 de la mañana del día antes de entrega, en cualquier caso-, esperando recuperar fuerzas entre los muchos motosos que la televisión nacional de feriados promueve. A punta de receta cacera -agüepanela con limón, jengibre, tomillo, mantequilla, tabasco, leche o cuarentamil cosas más- mantuve un estable nivel de nauseas que supuse con una noche de buen sueño pasaría. No obstante, y a pesar de todos mis intentos,el lunes desperté también enferma y decidí que sin importar cuántos principios morales tuviera que contradecir, iría al médico a averiguar cómo era el maní. Quepa recordar en este moomento que carezco de EPS hace ya un buen BUEN tiempo y que lo que para la universidad, para mi familia y para mí constituye trabajo académico suficiente -a saber, la tesis-, para lo que otrora fue mi empresa promotora de salud no cumple con la cantidad horaria que debería constituir un semestre académico.
Tras hacer las llamadas pertinentes a mis empleadores y compañeros oficinistas, emprendí camino hacia la UN, donde ofrecen citas médicas sin costo alguno y con la única reserva de mostrar el carnet estudiantil vigente, para descifrar, por fin, la raiz de mis dolencias.
Hacía años no visitaba un médico general. Todavía lo miden y lo pesan a uno, aunque ya el aumento de centímetros ni de kilos constituya un motivo de orgullo para mis padres, sino una excusa más para reprobar mis conductas alimenticias. Todavía usan bajalenguas plástico, naranja fosforescente y con un conejito en el extremo del que lo agarran; todavía hacen pruebas de motricidad ocular con un muñequito de brazos flácidos y preguntan qué talla de zapatos uso. Miden la presión arterial y con cara de preocupación afirman que está "apenas por encima de la de un cadaver", halan hacia abajo el párpado inferior y anotan "anemia", estiran la mano y al ver la palidez preguntan si tengo historial de deficiencia hepática o si es que bebo descontroladamente -a lo que filosóficamente respondo que depende de qué se entienda por "descontroladamente"-; palpan los ganglios y afirman "deshidratación de grado II por síndrome febril". Para este punto estoy totalmente segura de que mis padecimientos son el producto de la etapa terminal de una cirrosis, de que es toda mi culpa estar en esta situación, de que moriré joven, pero no dejaré un cadaver bello. Ah, las bellas consecuencias de la minuciosa requisa médica.
Finalmente, la doctora escribió en un papelito que padecía de una virosis, aclarándome, para mi tranquilidad mental y moral, que "es de esas que están dando", firmó un papel en que me daba 3 días de incapacidad y me recetó una serie de remedios y mengurjes que sigo muy al pie de la letra. Sentada en mi cama, arropada, agarrada con una mano de la botella de "Pedialyte sabor Coco" y con la otra del control remoto, pienso si no debería estar guardando energías para recuperar el trabajo -académico y no-académico- en lugar de escribir larguísimos posts insulsos sobre el re-descubrimiento del estado de objeto de estudio médico. Creo que no.

P.D. Tengo un post pendiente, pero no me he dado tiempo de pensarlo como debería; sorry, Harry.

jueves, febrero 07, 2008

en tónica leibnitziana, o kripkeana, si se quiere.


Hay otros mundos posibles.
En orden, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo:
Lucía infantil.
Lucía adolescente.
Lucía adulto joven.
Lucía adulto mayor.
Lucía caucásica.
Lucía asiática oriental.
Lucía asiática occidental.
Lucía afrocaribeña.
Lucho -Lucía masculinizada-.
Modigliani-style.
Botticelli-style.
Mucha-style.

Sacado de Facetransform
creeeeeeeepy

domingo, enero 27, 2008

sumario de tesis, a entregar di tu tipo ya (pero no realmente).

Número mínimo de palabras para la tesis: 15,000
Número máximo de palabras para la tesis: 25,000
Número de capítulos a escribir: 3

Número de archivos en la carpeta "la innombrable": 7

Número de capítulos escritos hasta el viernes 25: 2.
Número de palabras escritas hasta el viernes 25: 21,280 y pico.

Número de capítulos escritos hasta el sábado 26: 1 1/5
Número de palabras escritas hasta el sábado 26: 13,000 y pico.

Número de capítulos escritos hasta el domingo 27: 1 2/5
Número de palabras escritas hasta el domingo 27: 15,000 y pico.

Número de palabras borradas entre viernes y domingo: suficientes para armar 2 tesis completas.
Número de duchas entre viernes en la noche y domingo: 6
Número de veces en que se me ha dormido el trasero durante el domingo: 14
Número de cigarrillos fumados el domingo: 7
Número de tasas de café tomadas el domingo: 4
Número de veces en que aparece el término "moral" en el último párrafo escrito: 5
Número de horas que dormiré esta noche: 0
Número de palabras que espero haber escrito para el lunes a primera hora de la mañana: 22,000 o 23,000.
Número de posts que no debería estar escribiendo en este momento: 1.

{Addenda}Las conclusiones que hasta el momento se derivan del trabajo monográfico:
-1. El tubo tuvo la culpa.
-2. El incontinente, como Bety, no era tan mala muchacha.
-3. Edipo fue un bacán, no por bueno, sino por llorón.
-4. Aristóteles es un viejo careperro.
-5. Irwin es un viejo carenutria.
-6. Meyer le pegó al perrito.
-7. Nussbaum echa mucha lora, pero vale la pena.
-8. Al que no quiere sopa, se le tienen que dar dos tazas, para que quiera sopa.
-9. Uno se pasa la vida diciendo cosas que parecen obviedades pero son complicadísimas y pensando que dice cosas complicadísimas que resultan siendo obviedades.
-10. Las primeras 10,000 palabras de cualquier texto son prescindibles.
-11. Las siguientes 10,000 palabras son mentirosas.
-12. Abuso de los términos "términos", "aspectos", "criterios" y "condiciones".
-13. Hacer tesis en filosofía antigua debería ser ilegal.
-14. Estoy empezando a sospechar que no hablo ni leo inglés, ni escribo español.
-15. Ponchis me odiará por alguna, o algunas, o todas las siguientes razones:
a. digo mentiras en nombre de Aristóteles
b. lo tengo de director y no le paso avances nunca
c. presentaré la peor monografía jamás escrita y él quedará como un bobazo
d. muy de frente propongo algo que ya me dijo que "no le sonaba"
e. le digo "Ponchis" a sus espaldas y "Maestro" en su cara
f. he pensado seriamente en traicionarlo y hacer la tesis en Derridá

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miércoles, enero 16, 2008

De lo antinatural.

Probablemente una de las cosas más tristes de vivir en un país como este sea notar como día a día los estándares de moralidad se bajan varios escalones permitiendo las más grandes aberraciones y despropósitos en aras de una creciente -y debo agregar, corrupta- 'política de tolerancia'. Lo que en antaño constituía la mejor manera de aproximarse a la gente de bien, discriminándola del populacho, hoy en día es juzgado por estas oh tan libertinas juventudes como un valor pasado de moda y una mojigatería remojada. Parecería ser que hoy en día se considera que el progreso se inscribe en un anarquísmo opinionado, en que cada cual piensa y hace como le place sin la menor consideración a los estándares, los cánones, las leyes grabadas en piedra, el permiso o la aprobación de los papás y los abuelos. Hoy en día todo vale, o todo quiere valer.
Ya se sabía, desde que a principios del siglo pasado se empezó a considerar bello un urinal en un museo; ya se sabía desde que ese muchacho impúdico hoy mal llamado 'El Rey' empezó a menear vulgar y pornográficamente las caderas en frente de muchachitas apenas en edad de merecer, haciendo pasar su grotesco espectáculo por música popular; ya se sabía desde que en el billete de mil no quisieron poner a Laureanito y pusieron a ese otro moreno gritón; ya se sabía cuando dejaron entrar a las urnas y a las aulas a tanta mujer que en lugar de estar buscando marido y protector, buscaba dizque 'salir adelante'. Ya se sabía que ibamos a parar en éstas terribles épocas, en las que el cepo del Señor nos azota a todos por culpa de la conducta inmoral e irrespetuosa de otros, en las que la sociedad se desintegra desde su unidad básica -la familia- y nos deja viviéndo en este país agobiado y doliente, otrora semillero del bien y poseedor de un júbilo inmortal.
Se nos infiltró el comunismo, el ateismo, el esoterismo, el rock, el matrimonio civil y los hijos naturales por pensar que la regulación de las normas de conducta no dependía de la unión sacra entre Estado e Iglesia. Se nos metió por debajo de la piel la idea aquella de que puede hablarse de política en la mesa, de que puede comerse carne los viernes de cuaresma, de que está bien que las niñas anden de zapatos deportivos y pantalones en las reuniones sociales. Y todo por creer en eso que llaman valores democráticos y libertad de expresión, de prensa, de habla y cuanta otra pantalla ridícula se hayan inventado para excusar la inmoralidad y la decadencia de tanto desmemoriado que no valora la época dorada de la Santa Inquisición.
Y es que hoy en día hasta los periódicos y noticieros publican noticias que rayan en lo blasfemo, dando al ignorante pueblo razones para hacer apologías de su indecible corrupción. Mil veces he oido y leído razones ridículas para no enmendar conductas, para no ir por el recto camino, por el camino derecho, natural, del Señor.
Una cosa es clara, la naturaleza tiene dictámenes estrictos, inviolables, evolutivamente determinados que han de ser ante todo respetados. Y sin llegar siquiera a aceptar la teoría de la evolución -porque, he de decir, eso es una patraña cientificista para promover el ateísmo y la infidelidad a la Iglesia-, hay que decir al menos que lo que es natural es mandato divino y lo que es deseado por el Señor es aquello que constituye lo natural. Parece haber quienes no entienden lo simple de este infranqueable argumento y recurren a explicaciones cada vez más enrevesadas y poco convincentes para escudar sus faltas. Citan la "demostración científica" de la propensión genética para su condición, aluden a estudios neuro-científicos en que muestran que un hemisferio del cerebro incide más en su conducta de lo que ocurre con la gente normal, alegan que no es una elección, que "nacieron así". Se citan ejemplos de sociedades antiguas -todas ellas aplastadas, degradadas y descompuestas, quepa decir- en las que tales ignominias eran socialmente aceptadas, tratando de hacer que hoy y aquí se apliquen los mismos parámetros. Pues yo digo: "Patrañas. Es una elección de vida y si llega a ser cierto que haya tal cosa como una propensión a ello es porque al hombre se ha dado el libre albedrío y la inteligencia para discriminar el bien del mal y es su responsabilidad esforzarse hasta la muerte por tomar el buen camino".
Y es que no toma demasiado trabajo ver que el mundo está hecho para aquellos que siguen la naturaleza. Los instrumentos para producir hermosas obras humanas han sido desde el principio de los tiempos creados para ser utilizados rectamente. Intentar utilizarlos de manera diferente, contraria a su naturaleza, sólo resulta en abominaciones y errores inenmendables. El verdadero placer -aquél que es una alabanza implícita a la creación misma- es tan sólo posible si se lleva a cabo dentro de los parámetros de la normalidad. No es otra cosa que una enfermedad aquello que lleva al hombre a actuar en contra de la naturaleza. Y como toda enfermedad, tiene cura.
Estoy convencida de ello, cambiar por completo el patrón de vida es no sólo posible, sino también necesario para enmendar esta sociedad, para arreglar este mundo. No digo que sea fácil, pero con un poco de trabajo, puede llegarse a hacer las cosas 'por el derecho'. Yo misma soy muestra de ello, un testimonio viviente de la posibilidad de regenerarse e invito a todo aquél que comparta mi padecimiento previo a buscar la ayuda de quienes tienden una mano, a aceptar el camino que permitirá que estemos juntos en un mundo homogéneo y libre de degeneraciones.
Zurdos del mundo, ¡abandonen el camino siniestro, la lucha en contra de nuestra naturalmente prescripta destreza, la aberrante lucha contra las tijeras, los botones,los frascos de mermelada y las botellas de gaseosa! Escribir, lavarse los dientes, peinarse y abrir la puerta con la mano izquierda NO es natural, no es normal, no es aceptable; si permitimos que eso siga siendo tolerado pararemos en un mundo peor, donde destapar botellas con los dientes y manejar el carro con las rodillas pase también por algo nimio, donde los zurdos tengan más hijos zurdos y erradiquen por fin a los diestros del mundo. Yo abogo por la mano derecha, no gratuitamente Él está sentado "a la derecha" del Padre, se implantó el "derecho canónico", y la palanca de cambios de los carros está situada donde lo está -excepto en esos países infieles y paganos donde manejan como si el diablo fuera el copiloto-. Zurdos: regenerense ahora o padezcan en el infierno cortando por toda la eternidad letras en contact con tijeras de conejito!

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viernes, enero 11, 2008

"a mi como que me estafaron"

Tengo un saco gris, como de lanita no tan virgen. Me lo trajo mi madre de su viaje a Europa por allá en 1992. Para esa época, yo ostentaba 8 años de edad. Mediría más o menos el mismo metro con cuarenta que hoy día -pero a los 8 años eso puede interpretarse como una promesa de buena estatura en la posteridad-. El saco en cuestión, como la mayoría, tiene una etiqueta en la que se indica la talla. La cosa está en que no es la típica "8", "10", "12", etc., que cierta correlación guarda con la edad del infante a portarlo. Éste, por el contrario, dice "Height 170 cm" y a continuación "approx age 14/15 years". Supongo que mi madre lo compró pensando que yo cumpliría con las expectativas del fabricante y que seis años después del regalo mediría aquél metro con setenta que me permitiría portar el saco como estipúlan los cánones. Olvidó, por supuesto, que dado que ella y mi padre no son lo que uno llame particularmente aventajados en el tema de la estatura, tales pronósticos podrían estar algo viciados por la errada concepción de la constancia en el crecimiento de mi pequeña personita. Hoy, a mis 23 años y con todavía apenas metro y medio de estatura, he relegado al saco a un uso casero únicamente. Supongo que esperaré otros quince años, a ver si me sirve cuando ya entre al género del adúlto contemporáneo.

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Now playing: Rinôçérôse - La Guitaristic House Organisation
via FoxyTunes

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miércoles, diciembre 19, 2007

Ayer perdí mi cepillo de dientes. Llevo dos días lavandome los dientes con algo que bien podría ser mi cepillo viejo, o bien podría ser el destapador de lavamanos y limpia uñas de mi hermano. Creo que prefiero no pensar en las posibilidades...

jueves, diciembre 13, 2007

una pequeña acotación.


Mike Peters siempre la saca del estadio

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domingo, noviembre 04, 2007

tengo ese estrés que impide que uno haga lo que tiene que hacer sólo para que después uno pueda estresarse más por no haber hecho lo que tenía que hacer cuando tenía que haberlo hecho y preceda el estrés de saber que dentro de poco va a tener que hacer tanto lo que no ha hecho como lo que no está haciendo y anticipe el estrés de saber que no se alcanzó a hacer ni lo que se tenía que haber hecho ni se hizo bien lo que eventualmente se hizo. y entonces escribo en el blog.
este estrés paralizante es una mamera, ni siquiera estoy al borde de meterme un tiro -eso al menos sería hacer algo-.

domingo, octubre 07, 2007

porque no todo son odios musicales

Supongo que es claro que jodo mucho en cuestiones musicales. Y no es por buen gusto ni por conocimiento de qué sea "musicalmente mejor". A todo el que me conoce le ha tocado aguantarse mi pendejada con la música que oye. Critico el metal, critico a Fito Paez, critico el reggaetón, me deshago en insolentes comentarios sobre Silvio y sus compinches chocolocos. No me alcanzan las palabras para expresar mi desagrado por Manu Chau, Bunbury, todos y cada uno de los indiscernibles cantantes de tropipop, por Kudai, Nikki Clan y cuanto chiqui-rock haya por ahí. Se la he montado a mi mamá por oir Nana Mouskuri y a mi papá por gustar de Santana. No quiero ni decir el suplicio al que he sometido a mi hermanito por sus preferencias musicales. En varias ocasiones me insultaron públicamente por hablar feo de cierta banda telonera en un concierto; me quedé sin voz por berrearle a Naty Botero lo que su tema "chúpame el corazón" sugería de su forma de vida.
Pero no todo son odios musicales en mi vida y no soy tan radical en mi aceptación de nuevas cosas. No, no sólo me gusta Björk y Regina Spektor, no considero que sólo Queen, Led Zeppelin y Pink Floyd sean rock; no le hago el feo por principio a cualquier cosa que no sea "super underground", "cero comercial", o "para la inmensa minoría". De hecho, me queda difícil saber si realmente conozco algo que encaje en alguna de las anteriores categorías.
Mis gustos musicales -por reprobables que sean- son, en la mayoría de los casos, fruto de agradables coincidencias. Pasa mucho que oigo un tema y me vuelvo inmediatamente adicta a la banda o al cantante y busco cuanta cosa haya por ahí volando. Así conocí a Björk y a Regina; un buen día empecé y hasta la fecha no paro de sentir pequeños aguijonazos cuando oigo música de estas damas. Y algo similar -aunque menos azaroso, claramente- sucedió con el nuevo consentido de mi pequeñísimo repertorio auditivo. Hace no mucho conocí ego; y debo decir que me tiene enloquecida.
Este duo sabe hacer algo que no sé exactamente por qué me gusta tanto. Es música engallada, llena de detallitos que encajan a la perfección pero que exigen atención cuidadosa por derecho propio. Se siente, por momento, como si estuvieran envolviendo la cabeza que oye con una pitica, vuelta tras vuelta, segundo tras segundo, tensando un poco más, para, en un momentito imprevisible pero ciertamente esperado, halar fuertísimo y hacer que esta micro-testa de vueltas a toda velocidad, como uno de esos trompos de pueblo. Y es que aunque esté lleno de efectos electrónicos casi industriales es extrañamente 'organica' la cosa; no se explicarlo bien, la música está muy viva, un pequeño caos organizadito.
Llevan un ratito componiendo y grabando. Hicieron un micro-toque al que, desafortunadamente, no asistí. Pero, este sábado -13 de octubre- se presentarán en Triman Bar [8:30pm - 11:55pm;Cra 7 No 57-4], lo cual me tiene muy contenta. Este sí no me lo pierdo ni puelcarajo, a lo que es bien. [abre tag Sería buenísimo que cualquier dos gatos que lean este blog fueran, al menos a conocer una de las bandas que más me gusta. Los datos completos del evento: http://www.lastfm.de/event/374026 cierra tag].
Por si acasito, en: www.myspace.com/egomusica encuentran tres de los temas de los jovenes muchachos, para que le echen una oidita y se enamoren, como me pasó a mi.

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sábado, octubre 06, 2007

que para lo de la innombrable.


Con todo el ajetreo que supone terminar la carrera, incluido el hecho de tener que ver una materia con la que no contaba y el empleo de medio tiempo que quita más tiempo del que el nombre indica, me entran de vez en cuando los afanes por la no-escritura de la tesis. Claro, a quien vea este blog le parecerá que la anterior afirmación muestra alguito de doble moral; el blog mismo es una de las miles de apologías de mi infinita pereza y descaro. Pero, ya faltando menos de dos meses para entregar el terrible documento, he decidido que figuró ponerse seria. No sólo tengo ya un buen pedazo de mi cuadernito lleno de notas, la mayoría de la bibliografía leída con cuidado, subrayada y reseñada; varios argumentos escritos a mano y un medio-horario coherente al que planeo ceñirme. Además de eso, me he puesto a la tarea de escribir a lo que es bien; por fin abrí word. El sistema de carpetas de mi computador incluye hoy en día "la innombrable", subcarpetas "articulos", "porquerías" y "hora sí en serio", archivos incluidos "00.plan de trabajo", "01.introducción", "02.primer capítulo", todos ellos con texto en limpio y notitas de "[pendiente: x]. Espero que para este lunes "01.introducción" esté listico, asumo que serán unas seis o siete paginitas en las que fundamentalmente de cuenta de por qué creo que no es un desperdicio de tiempo escribir la cantidad de mentiras que en los archivos "02.primer capítulo", "03.segundo capítulo" y "04.tercer capítulo" vendrán contenidas. Si logro este cometido, espero para el otro lunes tener ya en limpio el primer capítulo -eso, si logro des-encriptar mis notas cuadernísticas- y pasárselo al Maestro para que me diga con cara de profundo desconsuelo "no, por ahí no era". Como toca entregar toitico con la nota del director la primera semana de diciembre, asumo que estaré en corre-corres de aquí a que la islandecita de mis amores se presente en este roto olvidado por el señor [lo que me recuerda que tengo que escribir un post cargado de ira asesina por la falta de todo que han mostrado los organizadores], pero, con algo de suerte, corre-corres productivos.
Lo que sí falta, para la tesis, es el título y otras formalidades. Había pensado en tirarmelas de conceptual, bautizándola simplemente "thes-is"[como quien dice, this is, pero no del todo], o irme, por el contrario, por un acercamiento más les luthiers, bautizándola "El bello y gracioso Edipo marchose a evitar el hipo, se encontró con un vejete, y cantando lo chuzó, salió corriendo a Tebas y a su madre desposó", pero Edipo tiene ya un papel marginal en la tesis y no me pareció adecuado hacer publicidad engañosa. Pensé, también, en dejarlo en "Platón, Aristóteles tu papá", pero del viejo ese ni hablo, entonces no aguantaba; se me ocurrió también "El tubo tuvo la culpa" -que todavía no pierde su candidatura- o "Acciones mixtas: sólo agregue agua". La cosa con el título es que debe ser sugestivo para el lector calificador, debe enviar el mensaje, bien clarito de "esto no revolucionará la historia de la filosofía, ni siquiera es 'severo artìculo', así que cualquier cosita es ganancia, pero igual está tramadorcito" pero sin ir a contarle qué es lo que hay adentro, para que no empiece a elaborar sus propias teorías al respecto, teorías que podrían derribar facilito mi sarta de mentiras.
Bueno, dejo de perder el tiempo y prosigo con lo de la escritura.

y oigo: Björk - Pleasure is all mine